Centenares son las fiestas que se celebran en cada rincón del territorio gallego, especialmente en verano y muchas de ellas vinculadas con la temática gastronómico o religiosa. Todas ellas tienen un encanto indudable pero siempre habrá algunas que sencillamente te “enganchan”. Es el caso de las Carrilanas de Esteiro, 29 años llevan ya en esta parroquia de Muros lanzando por la carretera abajo ingenios sobre ruedas.

La aparente sencillez de la fiesta hace que sea una de las celebraciones que no debes perderte en Galicia, no solo para disfrutar de esta carrera si no para vivir una celebración en la que se implica todo la población. Hombres, mujeres, niños y jóvenes toman parte de uno u otro modo en este gran prix de carrilanas: en la organización de la carrera, en el transporte de las carrilanas, en la seguridad o en la fiesta posterior. El grado de implicación es tal que da la impresión de que las Carrilanas de Esteiro cumplirán 30 años gozando de muy buena salud.

Y han de hacerlo para que todos podamos seguir disfrutando de verdaderas obras de arte sobre ruedas como las que desde 2012 pueden contemplarse todo el año en el Museo das Carrilanas, gracias al trabajo Ramiro García Núñez “Gerente” , alma mater de esta celebración y de las carrilanas más bellamente talladas. Cada una de las carrilas talladas por “gerente” son piezas únicas en el mundo y con su propio nombre, como manda la tradición. Carrilanas veteranas que no acumulan polvo en el museo si no que siguen rodando por el asfalto, dejando un olor inolvidable de goma y grasa quemada.

La imaginación al poder

Motos, ruedas de afilador… la imaginación se desborda para dar colorido y diversión a este descenso, en el que las carrilanas unen a familias al completo, que bajan con sus hijos, amigos y parejas para disfrute de miles de visitantes que se dan cita en esta fiesta declarada de Interés Turístico Gallego aunque la aspiración de la organización es la de conseguir el reconocimiento de Interés Turístico Nacional. Y es que las carrilas tienen el suficiente tirón para sacar a la gente de los arenales y hacerlos subir carretera arriba para disfrutar de celebración con mucha historia que aúna velocidad y tradición. Las carrilanas de Esteiro no son las únicas en su género, ya que existen carreras similares en País Vasco y Cataluña, por ejemplo pero sí son notables por la idiosincrasia y el carácter que la comarca del Barbanza le otorga a sus celebraciones.

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Las carrilanas son, pues, una excusa, y una excusa muy buena, para acercarse a descubrir todo lo que Muros puede ofrecernos tanto paisajística como gastronomómicamente y prolongar la visita a la comarca varios días más. Y para facilitarnos la estancia tenemos alojamientos tan singulares como las casas de turismo rural de Cabañitas del Bosque, en Serra de Outes, que ofrecen diferentes tipos de alojamientos. La experiencia de estar alojados en las Cabanas do Barranco, por ejemplo, te permitirán recuperar energías en casas sobre los árboles perfectamente equipadas -jacuzzi incluido- a ocho metros de altura en un bosque de laureles y castaños, sumergidos en la quietud y la tranquilidad que solo el bosque gallego es capaz de trasmitir.