Un año más la Asociación de la Prensa de Madrid ha publicado su informe anual sobre la situación de la profesión en el país. Y aunque su informe valore positivamente que se haya frenado la sangría de pérdidas de puestos de trabajo en las principales redacciones, tampoco olvida que ello se debe quizá a que el cambio estructural está cada día más asentado, preguntándose cuál será el nivel de ocupación de los periodistas en el futuro, con una revolución tecnológica que ha venido para cambiar la forma en la que ejercemos nuestra profesión.

No en vano, entre las consecuencias que esta terrible crisis estructural está una fundamental: el modo en que se ejerce la profesión: el 40,9% de los encuestados en el informe de APM opinan que, como consecuencia de la precariedad, el periodista se ha convertido en un mero recopilador de informaciones y un porcentaje igualmente elevado –el 35,7%– manifiestan que el miedo a la pérdida del trabajo se traduce en una práctica menos libre e independiente. Finalmente, el 22,5% piensan que la precariedad obliga a trabajar a destajo, lo que impide una comprobación suficiente de la información. La precarización también ha afectado al tipo de contratación y cada vez más son los periodistas que trabajan forzadamente como freelance o colaboradores autónomos para medios de comunicación, una situación que ya conocíamos en los gabinetes de prensa, habitualmente externalizados para abaratar costes. Desgraciadamente en este país son pocos los autónomos que en el marco del periodismo hemos escogido ese camino, la mayoría son forzados por las circunstancias y el medio aligera plantillas externalizando. En esta situación es imposible que un profesional ejerza con libertad su profesión.

En lo que se refiere a la comunicación corporativa, el informe advierte que el 75% de los profesionales reconocen que en algún momento han recibido presiones aunque bien es verdad que la situación de precariedad que atraviesan muchos medios hace que la comunicación corporativa se “aproveche” de estas circunstancias para mejorar el trato. La ética y la autorregulación por parte de todos los profesionales es el único medio para atajar estas circunstancias, más si tenemos en cuenta que el propio periodista en ocasiones ya se autorregula en el tratamiento de una información, según sea su fuente.

Nuevos canales, nuevas oportunidades

Otro de los aspectos fundamentales que ha venido ha cambiar la forma de trabajar es la digitalización y la revolución tecnológica que ha traído implícita y que ha supuesto la irrupción de nuevas necesidades en cuanto a competencias digitales se refiere pero también nuevas oportunidades o nichos de trabajo. En la redacción de un periódico o de una publicación que ya ha nacido absolutamente digital tienen cabida otro tipo de profesionales, hay diseñadores, programadores, estadísticos, sociólogos o ingenieros y del periodista también se exigen nuevas capacidades para comunicar a través de otros canales como son las redes sociales donde en muchos casos tiene presencia el profesional de forma personal. Este canal ha de ser reclamado por profesionales de la comunicación con formación y surgen nuevas competencias en las que el periodista se puede especializar como el periodismo de datos o el especialista en la experiencia del usuario, del que depende el éxito de la interacción del receptor con el medio informativo.

Todas estas novedades también afectan a los modos de financiación y comercialización de los medios de comunicación, que aún es necesario seguir desarrollando a través de fórmulas de financiación colectiva como el micromecenazgo o el crowdfunding o de diferentes formas de comercialización. Sea como sea lo que está claro es que el medio debe estar financiado por la sociedad, por sus lectores, para depender en el menor grado posible de instituciones o empresas. Solo así podrá existir una información medianamente plural e independiente, un elemento imprescindible en cualquier sociedad democrática. Solo desde la concienciación ciudadana de que los medios son herramientas imprescindibles de su libertad, podremos seguir contando con los medios de comunicación eficientes que cumplen su finalidad, informar.